La vida a veces nos golpea tan fuerte que nos sentimos como marionetas, sin autonomía y con la moral por los suelos. Es una sensación de estar a la deriva, de haber perdido el control sobre nuestro propio valor. Me ha pasado. Me he sentido en un callejón sin salida, donde cada error de otros se me echaba en cara y mi personalidad parecía obsoleta. Es un pozo oscuro del que es difícil salir. Sin embargo, he aprendido que las bases para aguantar y sobrevivir no son un misterio, sino una práctica constante. Si te sientes así, te propongo un camino que he recorrido. No es una solución mágica, pero es un mapa para encontrar la luz, una que no depende de nadie más que de ti. 1. Protege tu percepción: Lo que dicen de ti no te define. Tu valor no es determinado por la opinión ajena, sino por la verdad de quién eres. Es fácil que las palabras de los demás se conviertan en nuestra verdad. Cuando un jefe te maltrata sin razón, o cuando te culpan...
Un rincón para reflexionar y tener un momento de claridad