La vida a veces nos golpea tan fuerte que nos sentimos como marionetas, sin autonomía y con la moral por los suelos. Es una sensación de estar a la deriva, de haber perdido el control sobre nuestro propio valor.
Me ha pasado. Me he sentido en un callejón sin salida, donde cada error de otros se me echaba en cara y mi personalidad parecía obsoleta. Es un pozo oscuro del que es difícil salir. Sin embargo, he aprendido que las bases para aguantar y sobrevivir no son un misterio, sino una práctica constante.
Si te sientes así, te propongo un camino que he recorrido. No es una solución mágica, pero es un mapa para encontrar la luz, una que no depende de nadie más que de ti.
1. Protege tu percepción: Lo que dicen de ti no te define.
Tu valor no es determinado por la opinión ajena, sino por la verdad de quién eres.
Es fácil que las palabras de los demás se conviertan en nuestra verdad. Cuando un jefe te maltrata sin razón, o cuando te culpan por errores ajenos, es natural sentir que algo está mal en ti. Pero la realidad es que la percepción de los demás es su problema, no el tuyo. Tu valor no puede ser dictado por la frustración de otra persona. Acepta tus propios errores, aprende de ellos y suelta la necesidad de que los demás te validen. Tu percepción de ti mismo es el único escudo real que tienes.
Recuerda lo que nos dice la Biblia en Filipenses 4:8: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." Enfoca tus pensamientos en tu propio valor y virtudes.
2. Aléjate para recuperarte: La autonomía es tu superpoder.
Distanciarse es un acto de amor propio y una recuperación de tu soberanía personal.
Cuando me siento como una marioneta, con la moral por los suelos, mi instinto es alejarme. Y no es una huida. Es un acto de supervivencia y de amor propio. Distanciarte de la fuente del maltrato, ya sea un trabajo, una persona o una situación, te da el espacio que necesitas para respirar. Es en ese espacio donde puedes reconectar contigo, reconstruir tu moral y recordar quién eres sin la sombra de los comentarios de otros.
La escritura nos asegura en Isaías 41:10: "No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." No estás solo en el proceso de buscar tu paz y tu espacio.
3. Busca el "triunfo ínfimo": La luz está en los pequeños logros.
Un pequeño triunfo puede ser la chispa que te recuerda tu capacidad y que la luz aún existe.
Esta es, para mí, la base más importante. En los momentos más oscuros, cuando la vida me aterra, a veces solo necesito un solo triunfo. No tiene que ser algo monumental. Puede ser terminar un proyecto, tener una conversación honesta, o simplemente levantarte de la cama y tomar un café. Ese triunfo ínfimo es la chispa que te recuerda que eres capaz. Es la prueba de que, a pesar de todo, sigues avanzando. Es la luz que te mantiene vivo.
Como nos enseña Zacarías 4:10: "Porque, ¿quién ha menospreciado el día de las pequeñeces?" Cada pequeño paso cuenta, cada pequeño logro es significativo a los ojos de Dios y en tu propio camino.
La vida es compleja, y en ocasiones, el miedo a vivir es más real que cualquier otra cosa. Pero el acto de reconocer ese miedo, de buscar las herramientas internas para enfrentarlo y de encontrar la luz en un pequeño triunfo, ya es en sí mismo una victoria.
No estás solo en esta lucha. Tu historia, tu miedo y tu valentía son más comunes de lo que crees. Al compartir tu experiencia, puedes darle voz a alguien que se siente en silencio. Te invito a dejar un comentario y compartir un pequeño triunfo que te haya ayudado a seguir adelante.
Juntos podemos crear una red de apoyo, demostrándonos unos a otros que, incluso en la oscuridad, siempre hay una chispa de luz que nos mantiene vivos. Y en El Salvador, nuestra fe y resiliencia son pilares que nos recuerdan que, con la ayuda divina y el apoyo mutuo, podemos superar cualquier adversidad.

Comentarios
Publicar un comentario
No olvides dejar tus comentarios: