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Atrevete a mirar con los ojos cerrados

¿Alguna vez te has sentido tan abrumado por el ruido del mundo, por las imágenes constantes y las demandas incesantes, que tu mente y tu espíritu anhelan un respiro? A veces, la claridad parece escurridiza, y la paz, un sueño lejano.  Es en esos momentos, cuando la cacofonía exterior se vuelve ensordecedora, que una verdad profunda emerge: " a veces se ve mejor con los ojos cerrados." Esta frase no es un llamado a la ceguera o a la evasión de la realidad. Todo lo contrario. Es una invitación a una forma más elevada de percepción, una puerta a la introspección profunda a través de la oración. Al cerrar nuestros ojos, no estamos negando el mundo que nos rodea; estamos, de hecho, abriéndonos a una visión más auténtica y espiritual. Nos desconectamos del torbellino de lo visible para conectar con algo infinitamente más poderoso y real: nuestra intuición, nuestra voz interior y la presencia divina. Es en ese recogimiento donde el alma comienza a ver de una manera que los ojos físi...

¿Por qué nos duele la conciencia?

La picazón que nos salva:  ¿Te ha pasado que te recuerdan algo que hiciste y, de repente, sientes un retorcijón en el estómago? No es hambre, es algo que te "pica" por dentro. Esa sensación incómoda, ese ardor de la conciencia , es algo que todos conocemos. Es como tener una piedrita en el zapato que te molesta con cada paso que das, recordándote que hay algo que no está bien. La picazón que nos delata Esa "picazón" de la que hablo no es solo una molestia, es una alarma. Es esa parte de nosotros que sabe que "tenemos cola que nos pisen". Todos tenemos errores, secretos y momentos de los que no nos sentimos orgullosos. Esas son nuestras "costras escondidas", esas pequeñas heridas que hemos tratado de olvidar. Cuando alguien nos enfrenta con la verdad o cuando nuestra propia mente nos la recuerda, es como si nos echaran sal en esas heridas. Duele, arde, y por instinto, tratamos de esquivar el tema. Nos hacemos los distraídos,...

La Sabiduría de Cortar el Nudo

Esta mañana me encontré con un problema que me hizo sentir atrapado en un laberinto de opciones. Y, de repente, recordé una historia que, aunque no es muy fiel a la original, me dio la perspectiva que necesitaba. Es la historia de un rey que ofreció su reino a quien pudiera desatar un nudo, una maraña de cuerdas tan enredada que nadie podía deshacer. Los más sabios y pacientes lo intentaron, dedicando horas y horas, hasta que un hombre, sin dudarlo, tomó su espada y lo cortó por la mitad. Mi versión de la historia me recuerda la de Alejandro Magno y el nudo gordiano . Él no se complicó, no se detuvo a analizar cada vuelta o cada lazo. Simplemente, entendió que a veces la única forma de avanzar es con una acción drástica y directa. A veces, la solución es simplemente cortar el nudo Siento que mi mente funciona así a menudo. Y, probablemente, la tuya también. Nos encontramos con un problema y, en lugar de buscar la solución más simpl...

Cómo encontrar la luz cuando vivir da miedo

La vida a veces nos golpea tan fuerte que nos sentimos como marionetas, sin autonomía y con la moral por los suelos. Es una sensación de estar a la deriva, de haber perdido el control sobre nuestro propio valor. Me ha pasado. Me he sentido en un callejón sin salida, donde cada error de otros se me echaba en cara y mi personalidad parecía obsoleta. Es un pozo oscuro del que es difícil salir. Sin embargo, he aprendido que las bases para aguantar y sobrevivir no son un misterio, sino una práctica constante. Si te sientes así, te propongo un camino que he recorrido. No es una solución mágica, pero es un mapa para encontrar la luz, una que no depende de nadie más que de ti. 1. Protege tu percepción: Lo que dicen de ti no te define. Tu valor no es determinado por la opinión ajena, sino por la verdad de quién eres. Es fácil que las palabras de los demás se conviertan en nuestra verdad. Cuando un jefe te maltrata sin razón, o cuando te culpan...

¿Planear o dejar que todo fluya?

  Un debate crucial para tu vida y tus metas Hace unos días, en una plática con amigos, surgió un debate que seguramente muchos hemos tenido: ¿es mejor trazar un plan de vida detallado o simplemente dejar que las cosas fluyan? Algunos argumentaban que un plan es demasiado rígido, que te quita la espontaneidad y te estresa, mientras que otros defendíamos la necesidad de tener un rumbo claro para no ir a la deriva. Mi punto de vista es claro: ir por la vida sin un plan es como ir a una batalla sin estrategia. Es cuestión de tiempo para que los imprevistos te superen. Se me viene a la mente la imagen de un hombre cavando un pozo en la arena. Excava y excava, pero no apuntala los bordes. A medida que se adentra, la arena de los lados se desborda. Él sigue cantando y excavando, tan profundo que, al final, la arena de los bordes cae sobre él y lo sepulta. Así considero que es uno sin un plan: por más esfuerzo que pongas, si no tienes una estructura, es probable que la ...

Definiendo Valores

La brújula de nuestra vida ¿Qué es un valor? A menudo escuchamos esta palabra, pero su verdadero significado va mucho más allá de un concepto abstracto. En el ámbito secular, los valores son los principios que guían nuestras acciones. Son la base de nuestro comportamiento, lo que consideramos importante, y nos ayudan a tomar decisiones en nuestra vida diaria. Podríamos decir que son nuestra moralidad personal, lo que nos define como individuos en la sociedad. Sin embargo, desde una perspectiva espiritual, los valores son mucho más que una guía: son los cimientos de nuestro ser, el pilar fundamental de nuestro comportamiento y futuro  Proverbios 22:6 lo dice de una manera muy clara: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él". Lo que sembramos en la juventud, en términos de valores, perdura a lo largo de nuestra vida. La influencia de nuestras relaciones Aunque nuestros valores personales son cruciales, debemos se...

Pensamientos extraños

Pensamientos extraños Últimamente he estado teniendo sentimientos que se transforman en sentimientos. Sí, así como lo lees. Es algo difícil de explicar, pero creo que es una de esas cosas que solo se entienden cuando las vives. Durante más de cuatro años cargué con un peso enorme: el rencor hacia mi expareja. Fueron años en los que guardé resentimiento, en los que me aferré a ese dolor como si fuera una parte de mí. Pero algo cambió este fin de año. Un día, simplemente dije: "Al diablo con esto". Y le hablé. Le dije que la perdonaba y también le pedí perdón por todas las cosas hirientes que dije en su momento. Ese acto de liberación fue algo que nunca imaginé que podría sentir. Fue como soltar una mochila llena de piedras que ni siquiera sabía que seguía cargando. Pero aquí viene lo extraño: después de eso, algo en mí cambió. Empecé a sentir algo hacia ella de nuevo. No sé si es cariño, nostalgia o simplemente un remanente de lo que alguna vez fue. Y entonces, mis pe...